domingo, 30 de octubre de 2011

Patadas en las espinillas


Hace años, cuando de niño jugaba al fútbol no era habitual tener espinilleras, eran casi un articulo de lujo; por eso, cuando querías hacer daño o parar al contrario mentalmente te decías: "patada en la espinilla, patada en la espinilla"
Esta semana, por cierto sobrecargada de fútbol liguero, España y los españoles hemos recibido varias patadas en las espinillas. Parafraseando a un participante en el infumable programa Gran Hermano podríamos gritar: ¿Quién nos ha puesto la pierna encima para no dejarnos levantar cabeza?


El paro: no hay espinilla que lo aguante
El viernes conocimos los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del tercer trimestre del año, y los datos no han podido ser más horribles: 4.978.300 personas en paro y un 1,5 millones de familias con todos sus miembros en paro.
Eso si, el Gobierno y el candidato Perez Rubalcaba no paran de echarle la culpa al PP del paro: por los recortes en el sector público, por ir contra los derechos sociales, etc. Y cuando no dicen que reduciendo el déficit no se ayuda a salir de la crisis, lo que no explica Alfredo es que Alemania en este año ha reducido su tasa de paro hasta llegar al 6,6%. Parece que la crisis no es tan mundial como dicen ni afecta a todos por igual.
Lo cierto es que el Gobierno, el PSOE y Perez Rubalcaba no quieren que se hable del paro en la campaña. Las cifras son aterradoras,  el paro se ha incrementado en casi 2,8 millones de personas desde marzo de 2004 y la tasa de desempleo ha pasado del 10% a ese 21,5%. Es decir, de que la gestión socialista ha sido un completo desastre. La herencia para el gobierno que surja de las elecciones del 20-N esta completamente envenenada.


Las prisas por pactar con ETA: en la espinilla de las víctimas
Mientras al PSOE y al PSV les ha picado la pulga Benito para arreglar lo de ETA en 1 mes: celebración de la ¨Paz¨, acercamiento presos, indultos o gracias penitenciaria, etc. Bildu y ETA siguen humillando a las víctimas y al Estado de Derecho al poner en el mismo plano a las víctimas asesinadas fríamente por los terroristas y a las supuestas víctimas en el bando etarra (la mayoría de ellas muertas por los explosivos que manipulaban).
Por otro lado, la victoria sobre ETA de la que tanto alardean los socialistas, conseguida gracias a Alfredo Perez Rubalcaba, no parece tal cuando que Arnaldo Otegui dice que ETA no tiene que disolverse.
Mientras tanto a las víctimas sólo les queda el recurso de manifestarse para recordar a todos que 864 personas fueron asesinadas por ETA a sangre fria y su memoria nos exige no ceder hasta que la ETA cumpla las exigencias del Estado de Derecho: entrega de las armas, reconocer el daño causado y pedir perdón a las víctimas y disolución.
Te recomiendo que leas dos entradas anteriores sobre el fin de ETA en este blog (aqui y aqui).

Recapitalización bancaria: en la espinilla de la economia y banca española
La cumbre europea de esta semana ha puesto de manifiesto lo que ya sabíamos: en Europa mandan Merkel y Sarkosy. La pareja gobernante han aprovechado la quita de la deuda griega para meternos un rejón en todos regla.
Si, estos señores, ante la pasividad de un presidente que ¨huele a muerto¨ han desviado el foco del problema griego, que afecta principalmente a bancos alemanes (9% de la deuda griega esta en sus manos) y franceses (poseen 8% de la deuda griega).
Fuente: Diario El Mundo


¿Qué supone que nuestros bancos tengan que buscar 26.000 millones de euros? El cierre definitivo del crédito, si ya las empresas se quejaban de que no había crédito y esto las estaba abocando al cierre. Es decir, otro palito en la rueda de la posible recuperación de la economía española.

La forense del 11-M: rotura de la espinilla de la versión oficial del 11-M
Carmen Baladi, que fue la  forense que coordinó y supervisó las labores de identificación y las autopsias de las víctimas del 11-M,  ha declarado ante la juez Coro Cillán. La juez titular del Juzgado de Instrucción número 43  de Plaza de Castilla instruye el juicio contra Sánchez Manzano y la perito jefe del laboratorio Tedax por los delitos de falso testimonio, omisión del deber de perseguir delitos y encubrimiento. La declaración de Carmen Baladi ha sido a petición de la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, una de las acusaciones populares junto con la querellante Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, la Asociación de Víctimas del Terrorismo y el Sindicato Unificado de Policía.

La forense del 11-M ha señalado que en los cuerpos de las primeras 191 víctimas mortales de la masacre de Madrid no había ni "clavos ni tuercas ni tornillos". Esta declaración demostraría que la mochila de Vallecas no es una de las bombas de los trenes, ya que esta tenia varios kilos de tuertas y tornillos junto a los explosivos. Quedaría asi n entredicho la prueba que sirvió para relacionar los explosivos con Trashorras y los ¨moritos¨de Tajuña.

La versión oficial poco a poco se va cayendo... (ver otras entradas sobre el 11-M: aqui y aqui)



lunes, 24 de octubre de 2011

¿Realmente asistimos al fin de ETA?

Para mi, como para muchos españoles (ver encuesta de El Pais, 23/10/2011), el comunicado del jueves no cambia mucho la situación de España y ETA; esta última sigue disponiendo de terroristas libre y dispuestos a matar, tiene armas y explosivos y tiene financiación. Como ya expuse en su momento (ver post), mientras ETA no se disuelva, entregue las armas y pida perdón no me creeré que realmente ha cesado la violencia. Los etarras siguen pensando que su "lucha" ha permitido que el Pais Vasco este donde esta.


La lucha de largos años ha creado esta oportunidad. No ha sido un camino fácil. La crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel o el exilio. Para ellos y ellas nuestro reconocimiento y más sentido homenaje. Extracto comunicado de ETA.



Ayer, 22 de octubre, el PSOE comenzó a intentar sacar réditos electorales del "cese definitivo de la actividad armada" anunciado por ETA el día 20 de octubre. El candidato Perez Rubalcaba y el Lendakari Patxi lloraron en un mitin electoral al recordar el momento histórico que vivíamos y cuánto se había luchado por lograrlo .

Lo que no nos cuenta el PSOE es que llevaban mucho tiempo negociando y trabajando esa declaración, como ya habíamos denunciado en este blog hace meses (aqui). Los dirigentes socialistas, primero Rodriguez Zapatero y después Perez Rubalcaba, esperaban/esperan superar el efecto negativo que sobre sus votantes tiene la crisis con la victoria sobre ETA.


domingo, 16 de octubre de 2011

Yo estoy con Elektra

Hoy trascribo la carta del director de El Mundo del domingo 15 de octubre. Es una carta que, usando una historia de más de 20 siglos, nos refleja la realidad de lo que se esta gestando en el País Vasco con el "invento" de la conferencia de paz.









LA RENDICIÓN DE CRISOTEMIS por Pedro J. Ramirez

Desde el mismo momento en que se levantó el telón y la inquietante música politonal de Strauss, que según el crítico Panofsky «martillea, retumba, ruge, canta, tortura, azota y domina», comenzó a llenar cada recoveco del páramo atrincherado a base de lóbregos barracones superpuestos, diseñado por Kiefer como espacio escénico, me di cuenta de que no estábamos en la Micenas del asesinado Agamenón sino en el País Vasco del millar de muertos.

¿Cuántas veces no habremos escuchado durante estos años la inicial discusión de las doncellas sobre la actitud de la apestada Electra, a propósito de la protesta y el protagonismo de las víctimas del terrorismo? «Estás siempre al acecho donde el hedor a carroña te retiene, ¡escarbas en busca de un cadáver viejo!», dicen sus detractoras, cuestionando incluso «que la reina permita que semejante demonio se mueva libremente por la corte y el palacio». Sí, es cierto, replican sus defensoras, «yace envuelta en harapos ante el umbral, ¡pero nadie, nadie en esta casa, puede sostener su mirada!».

Entonces aparece ella. Y se desparrama sin pudor ni consuelo: «¡Sola! ¡Ay! Completamente sola. Ausente el padre, arrojado en sus fríos abismos… ¡Agamenón! ¡Agamenón! ¿Dónde estás, padre? ¿Ya no tienes fuerzas para arrastrar ante mí tu rostro? ¡Es la hora, es nuestra hora, la hora en que ellos te asesinaron…!».

Electra es Ana Velasco Vidal-Abarca, hija del comandante Jesús Velasco; Electra es Aitziber López de Lacalle, hija de José Luis López de Lacalle; Electra es Sandra Carrasco, hija de Isaías Carrasco; Electra es Cristina Cuesta, hija de Enrique Cuesta… Y por extensión Electra es Maite Pagaza, Pilar Ruiz, Ana Iribar, Mari Mar Blanco, Teresa Jiménez Becerril, Daniel Portero, Rubén Múgica y cientos y cientos de huérfanos, viudas, madres y hermanos privados de sus seres queridos por los matarifes de ETA.

Electra conserva el hacha con que asesinaron a su padre pero, cuando llegue la hora de ajustar cuentas, al enviado de los dioses -su hermano Orestes- se le olvidará recogerla. No más hachas. No pedimos el ojo por ojo. La civilización y la democracia han sustituido la venganza de la tragedia griega por la justicia propia de un Estado de Derecho. Pero el crimen no puede quedar impune. Los asesinos deben ser castigados. Sólo así podrá darse por satisfecha Electra, sólo entonces podrá dejarse arrastrar al frenesí de la alegría en el postrero homenaje a quien le dio la vida: «¡Bienaventurado aquel que tiene hijos, que en torno a su tumba bailes tan regios y triunfales danzan!».

El problema es que no todos estamos hechos de la misma pasta. Electra es fuerte, indomable, no claudicará nunca. Su hermana Crisótemis es débil, quiere pactar, buscar acomodo en el oprobio, pasar página cuanto antes. A las dos las conocemos, las hemos visto de cerca una y otra vez en el Parlamento vasco, en el Congreso, en las tertulias de la televisión y de la radio.

Crisótemis le dice a Electra que está asustada: «No puedo sentarme a contemplar la oscuridad como tú… Tengo tanto miedo que las rodillas me tiemblan de día y de noche». Pero además le reprocha su intransigencia: «Si no fuera por ti, nos dejarían marchar. Si no fuera por tu odio, tu espíritu insomne e indómito… Antes de morir, ¡quiero vivir! Quiero tener hijos antes de que mi cuerpo se marchite».
Crisótemis ha interiorizado la derrota aun antes de empezar a luchar: «¿A quién aprovecha este tormento? Nuestro padre murió. Nuestro hermano no regresará. Aquí estaremos eternamente enjauladas como los pájaros sobre su rama… y nadie vendrá, ni el hermano, ni el mensajero del hermano, ni el mensajero del mensajero, ¡nadie!».

Crisótemis representa el desistimiento, la resignación, el relativismo moral, el pragmatismo, el entreguismo. O para ser más exactos, la doctrina del apaciguamiento que una parte de los judíos alemanes practicaron frente a los nazis hasta llegar a los campos de exterminio y que los diputados moderados de la Convención adoptaron frente a los jacobinos para acabar igual en la guillotina.
La obra de Sófocles es aún más explícita que el libreto que Hugo von Hofmannsthal escribió para Strauss. En la tragedia original, cuando Electra se queja ante su hermana de que no puede soportar -como Pilar Elías, como tantos huérfanos y viudas vascas- «cruzarse» con los asesinos de su padre, Crisótemis se lo afea: «¿No has aprendido aún, en tantos años, a resignarte?». E incluso ensalza el sometimiento al poder, por indigno que sea su origen, con una frase lapidaria que anticipa en 2.400 años a Orwell: «Si quieres vivir con libertad, conviene obedecer a los que mandan».

A pesar de que esta producción de Electra, basada en la árida escenografía de Kiefer, tiene ya casi una década de vida, ha sido su programación en Madrid lo que ha permitido a Gerard Mortier obtener el reconocimiento transversal del público como el gran director artístico del Teatro Real que es. En la opinión dominante sobre su gestión habrá un antes y un después de Electra, pues pocas veces una dramaturgia tan vanguardista ha servido para demostrar musical y escénicamente la contemporaneidad de un mito clásico, transformado, según el propio libretista, en «bacteriología del alma».

Por si faltara algún ingrediente, la serpiente simulada que acompaña doquiera que va a Clitemnestra cierra el camino a cualquier escapismo esteticista. La misma Electra lo enfatiza con el que podría ser el gran reproche histórico al nacionalismo vasco: «Ya no eres tú misma. ¡Con esa serpiente siempre enroscada al cuello!». El hacha y la serpiente, la serpiente y el hacha. Lo sorprendente no es que yo creyera estar en Ajuria Enea, la sede de la Diputación de Guipúzcoa o el Palacio de Ayete que albergará mañana la Conferencia Internacional de la infamia, sino que entre el público quedaran almas cándidas que sobre el escenario sólo percibieran unos contenedores de chapa y yeso.

Clitemnestra es el rostro político del mal. La que aparece, la que da la cara mientras Egisto permanece fuera de la escena, como si continuara encapuchado hasta su patética irrupción final camino del patíbulo. También es la interlocutora a la que Electra ve todos los días, a la que tiene la oportunidad de desear su merecido sin ambages, sin medias palabras, como se habla desde las heridas del corazón: «Que puedas sentir lo que sufren los náufragos cuando sus gritos son engullidos por la oscuridad de las nubes y de la muerte, que envidies a los encadenados al muro de una cárcel o a los que desde el fondo de un pozo la muerte imploran como liberación». O sea, que recibas tu merecido.
Electra busca la derrota total de los malvados para hacerles pagar por sus crímenes. Al precio que sea, frente a cualquier adversidad, a costa de cuantos sacrificios sean necesarios. Cuando todos dicen que Orestes ha muerto y que nunca volverá para castigar a los asesinos, ella saca fuerzas de flaqueza y le propone a Crisótemis actuar en coalición: «¡Ahora debemos hacerlo nosotras!».
La ambigua Crisótemis duda. Una de sus dos almas la empuja a secundar el afán de justicia de su hermana, la otra a entenderse con los criminales con los que convive todos los días. Electra apela a su amor propio, a su orgullo, estimula su autoestima como Basagoiti solía hacer con el líder del PSE: «¡Hay tanta fuerza en ti! Brota como el agua fresca que se desliza por la roca… De esa boca pura y fuerte ha de salir un grito terrible». Trata de convencerla de que después de la confrontación y la victoria llegará la anhelada paz: «En cuanto te quites las ropas ensangrentadas cubrirás tu cuerpo puro con el vestido nupcial».

Todo en vano. El Ich kann nicht! de la bella soprano alemana Manuela Uhl restalla por tres veces en nuestros oídos -«¡No puedo, no puedo, no puedo!»- como si lo gritaran Eguiguren, Ares y Patxi López. Es la hora de la rendición. El momento oprobioso en que Crisótemis abandona a su hermana y busca un lugar en la mesa de la contemporización, a sabiendas de que eso implica legitimar a los asesinos de su padre. El instante fatídico en que se va a materializar la mezcla de maldición y profecía que Pilar Ruiz, la madre de Pagaza, dirigió al hoy lehendakari: «Cerrarás más veces los ojos y dirás y harás cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son».

Por ejemplo, Conferencia Internacional de Paz. La asistencia del PSE de López, es decir del PSOE de Rubalcaba, a ese simulacro de cónclave cosmopolita que se celebrará mañana en San Sebastián para proporcionar una coartada de solemnidad transfronteriza al cambio de táctica de ETA, es una de las peores capitulaciones imaginables por parte de una fuerza supuestamente democrática y una terrible tragedia, no griega sino española, que nos concierne a todos, en la medida en que se trata del partido que aún ejerce el Gobierno del Estado.
Con el agravante respecto a la rendición de Crisótemis de que ella también se doblega a través del autoengaño, pero sólo busca un espacio de felicidad personal: casarse, tener hijos, «calentarlos en las noches frías cuando la tormenta sacuda nuestra choza». En cambio, el PSOE pretende beneficiarse electoralmente de una operación política consistente en anunciar que Egisto y Clitemnestra ya no volverán a matar a nadie, con tal de que se les permita, eso sí, consolidar lo que obtuvieron mediante el asesinato.

Explicar, como ha hecho este patético Boabdil vasco que cada día parece tener más prisa por entregar las llaves de Ajuria Enea a quienes considera sus legítimos sitiadores, que el sentido de acudir a esa cita, siempre anhelada por ETA, es «comprobar» las intenciones pacíficas de la izquierda abertzale, equivale a que Crisótemis justificara su rendición en el afán de asegurarse de que el hacha que mató a su padre y la serpiente que envenenó a su madre ya no presiden, enmarcados en la pared, los banquetes del palacio.

Desde que Rubalcaba se hizo con el PSOE no me cupo la menor duda de que sería capaz de llegar tan bajo como fuera preciso, si con ello creyera servir a su ambición. Nada de lo que se dice que va a ocurrir esta semana, comunicado de ETA incluido, puede por lo tanto sorprenderme -Aznar lo describió bien cuando dijo que los socialistas «mendigaban» un gesto de los terroristas-, pero impresiona ir un miércoles a la ópera a escuchar buena música y encontrarte, sin que nadie lo haya pretendido hacer explícito, que todo viene sucediendo ya del mismo modo desde hace 24 siglos.

Con el alivio final, claro, de que una vez más acaba demostrándose que en el riesgo, en la fortaleza, en la perseverancia es donde anida la esperanza. Porque Orestes no ha muerto; y, aunque tarde, llega la hora de la justicia; y el triunfo del bien sobre el mal se materializa; y Electra encuentra al fin «el bálsamo sobre el que se apacigua el alma»; y la mujer lúgubre e incómoda que espantaba a todos puede erigirse ya en «portadora de la alegría», antes de danzar hasta ir apagándose entre espasmos de felicidad; porque, como explica Orestes, «los dioses no soportan que el clamor de la alegría llegue demasiado alto».

El PP debe escuchar impasible las palabras de trapo que esta semana acompañarán la rendición de Crisótemis: «Electra, ¡ayúdanos a que seamos libres!», le dirá el PSE, sumándose a quienes como el PNV y Bildu han transformado hace tiempo la mentira en la verdad. Pero el 20-N llegará Orestes. Sin el hacha, con la ley. Nada de lo que se diga o se haga fuera de ese cauce debe tener valor alguno. Porque una paz injusta nunca será paz. Por eso ha de haber vencedores y vencidos. ¡Ah, sí! Siempre hay vencedores y vencidos. No le demos más vueltas: de lo único que se trata es de si triunfarán los asesinados o lo harán los asesinos.

¿Quién está con Crisótemis? Yo estoy con Electra.


Pedro J. Ramirez

Director diario El Mundo

viernes, 7 de octubre de 2011

España no es Grecia

Esta reflexión nace de la lectura de dos noticias recientemente publicadas (1 y 2)

España no es Grecia. A pesar de lo que los mercados piense, de lo que los periódicos económicos ingleses digan (nos llaman PIIGS, acrónimo de Portugal, Italy, Irland, Greece and Spain), lo que digan las agencias de calificación y lo que insinué Froilan Merkel.

España no es Grecia. A pesar de que los políticos españoles se dediquen a despilfarrar el dinero del contribuyente.

[Nota: a partir de este punto, más de uno pensara que soy un facha retrogrado, allá cada uno con su interpretación. Aquí solo plasmo mi pensamiento, aprovechando esta tribuna publica que gentilmente me presta Google]

Por qué digo que España no es Grecia.











España tiene un capital humano y tecnológico excelente, un ingenio excepcional, unas finanzas públicas bastante saneadas (comparadas con otros países), una economía muy potente, unas compañías multinacionales de primer orden.

Capital humano y tecnológico: España destaca en algunos campos que marcaran el futuro: generación de energía eólica y solar, tratamiento de agua por sistemas de osmosis inversas, tecnología médica, sistemas electrónicos, etc

Ingenio excepcional: liderazgo en la alta cocina, vanguardia en el turismo, etc.

Economía potente: a pesar de la crisis España es la décima economía del mundo y tiene mucho que decir, siempre que tuviésemos unos gobiernos que priorizasen el papel de España en la geopolítica mundial.

Multinacionales de primer orden: Telefonica (quinto operador de telecomunicaciones del mundo), Santander (séptimo banco del mundo), Repsol (tercera petrolera del mundo), Zara (primera empresa de moda), etc.


Pero hay que tener mucho cuidado en cómo gestionaran el Dinero Público los políticos que elijamos el próximo 20-N. Si sigue habiendo el despilfarro de dinero público que ha habido hasta ahora estamos abocados a ser metido en el saco junto a Grecia.

Ejemplos del despilfarro del dinero público son:

1- Televisiones autonómicas: con la excusa de ser un servicio público -yo todavía no entiendo esto del servicio público, para eso se supone que ya esta RTVE- los españoles pagamos 2.000 millones de euros en mantener los altavoces de los presidentes regionales.

El coste para el 2011 por televisión autonómica es de:

- 473 millones Corporación Catalana de Medios Audiovisuales;
- 232 millones Radio Televisión de Andalucía
- 183 millones Radiotelevisión Valenciana;
- 140 millones Euskal Telebista;
- 121 millones Televisión de Galicia;
- 131,8 millones Telemadrid;
- 62,7 millones Corporación Aragonesa de Radio Televisión;
- 58 millones televisión balear IB3;
- 42,1 millones TV Castilla-La Mancha;
- 38,6 millones Televisión de Canarias;
- 35,2 millones la televisión de Asturias;
- 35,1 la asignación del gobierno murciano a su televisión;
- 30 millones el presupuesto el de la Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales.

Solo cerrando las teles autonomicas, que tienen una deuda de 17.000 millones de euros, ahorraríamos en un año un tercio del recorte sanitario ( p.e. en el caso de Cataluña, cerrando la tele autonomica ahorraríamos casi la mitad de lo que hay que recortar en sanidad- 1.000 millones)

2- Duplicidades de servicios públicos: es absurdo que hasta 4 administraciones publicas (ayuntamiento, diputación, comunidad autonomía y Estado) presten los mismos servicios. El Pais y Vasco y la Comunidad de Madrid han comenzado ha trabajar sobre este tema; así el Gobierno Vasco ha cifrado esta duplicidad en 400 millones de euros.

3- Subvenciones no productivas y/o sin carácter social: toda subvención que no estuviese destinada a la creación de empleo en PYMEs y grandes empresas, a cubrir servicios sociales (Ley de la Dependencia, etc), a la Investigación-Desarrollo-innovación (I+D+I) o a la Educación debería ser eliminadas.

Ejemplos de subvenciones no productivas y/o sin carácter social:

- Sindicatos: estos adalides del trabajador y el desempleado nos cuestan unos 16 millones de euros en 2010 en subvenciones directas y otros 27 millones de euros en subvenciones a través de los planes de formación (no hay cifras concretas sobre el total de subvenciones porque ni el Gobierno ni los Sindicatos hacen públicas las cifras, en un ejemplo de trasparencia muy democrática)

- Artistas y faranduleros: España subvenciona el cine español con 80 millones de euros, más de lo que recauda en las taquillas.


4- Medidas estúpidas: limitación a 110 km/horas, etc. sin comentarios.


Suma y sigue, podríamos seguir ad tempore.

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lunes, 3 de octubre de 2011

Espejos cercanos

Hoy plagio una excelente columna de Victoria Prego, que con la excusa de critica al libro de Pedro J. Ramírez, nos desgrana el nacimiento de los movimientos totalitarios. Movimientos que al grito de "quien no esta conmigo esta contra mí" y envueltos en la bandera de la democracia y la defensa del pueblo, no dudan en usar la violencia, verbal y/o física, para intimidar al oponente.




Ilustración: "Las armas de los radicales"

Espejos Cercanos por Victoria Prego

"Un granuja y un lunático encabezan el pequeño grupo de sans culottes...". Así comienza el estremecedor relato del libro de Pedro J. Ramírez, El primer naufragio, sobre la insurrección de los radicales revolucionarios franceses contra los miembros más moderados de ese mismo movimiento revolucionario y contra la propia representación parlamentaria del pueblo que, por primera vez en Europa, había sido elegida por sufragio popular.
Estamos en Francia en la primavera de 1793 y lo que sucede en París inmediatamente después de que el rey Luis XVI haya sido guillotinado y durante los siguientes cinco meses hasta que el golpe de Estado jacobino triunfa sobre los intentos de que la ley sobreviva y se imponga a la voracidad de las sangrientas reclamaciones del pueblo, está relatado en este libro con una minuciosidad y una cercanía que sobrecoge.

Y no sólo sobrecoge por lo descarnado del paisaje general que resulta de sumar el conjunto de situaciones y diálogos fidelísimamente rescatados de aquel tiempo y traídos hasta hoy prácticamente sin pasar el filtro de la interpretación histórica. También porque, a lo largo de la crónica del desarrollo de aquella ciclópea tormenta política cuya fuerza fue capaz de desgarrar y destruir cuanto encontraba a su paso, se abren, no una, sino muchas veces, ventanas que nos devuelven súbitamente a nuestros días y nos muestran hasta qué punto muchos de los errores, abusos, manipulaciones, traiciones y crímenes de motivación política que se dieron entonces se siguen reproduciendo en versiones varias 200 años después.

En el París de 1793 los enragés partían de una visceral desconfianza hacia los representantes elegidos por sufragio masculino porque, atención, no se sentían representados por ellos. Los más radicales de los revolucionarios republicanos pensaban además -y tenían un buen puñado de líderes ilustrados dispuestos a traducir con tanta pompa como demagogia tales ideas- que todos los diputados, especialmente los moderados, eran sospechosos de indignidad. Sólo el pueblo, pero el pueblo en la calle, preferiblemente armado, estaba moral e históricamente facultado para ejercer el necesario contrapeso al abuso de poder y al despotismo al que inexorablemente habían de tender sus representantes.
Las sucesivas generaciones de esta parte del mundo han pasado por infinitos avatares desde entonces, siempre mediando la guerra, el miedo, la opresión, la indignidad y la sangre. Europa ha atravesado el siglo XX azotada por todas esas tempestades. Y he aquí que ha llegado al siglo XXI con una inmensa proporción de ciudadanos indignados, completamente ajenos a la violencia que acompañó los movimientos políticos de décadas pasadas, pero con la misma desconfianza hacia los representantes populares a quienes, una vez más, los enragés contemporáneos niegan precisamente la autoridad política y moral para ejercer esa representación.

Es llamativo el que, 200 años y muchos Parlamentos después, una porción de nuestro pueblo soberano adopte el mismo adjetivo para definir su posición. Durante la Revolución Francesa tal actitud se impuso, de grado o por la fuerza, como la más patriótica, la más puramente revolucionaria. Hoy es esa misma rebeldía popular la que se otorga el título de la más pura y democrática.
Se repiten también las traiciones. Traición, por ejemplo, a la voluntad de la mayoría silenciosa, esa que habitualmente no vocifera y que retrocede ante las amenazas, presa del pánico a su desautorización moral, cuando no a la persecución y al castigo. Traición a la ley que, en el París revolucionario, permitía al «hábil, brillante y venal» Danton defender la legalidad republicana y erosionarla a la vez.

Traición a los grandes argumentos y valores de un modelo naciente de sociedad, que en 1793 reflejan las palabras del diputado moderado Vergniaud, perteneciente al sector de los que luego recibieron el apelativo común de girondinos: «Es importante saber si el que venga a la Convención a hablar de orden y justicia se expone a ser asesinado a la salida». ¿En cuantas ocasiones, después de la brutal y descarnada Revolución Francesa, sorprendentemente mitificada como modélica en el alumbramiento y consolidación de la defensa de las libertades y de la igualdad, ese mismo peligro de muerte se ha cernido en la Europa contemporánea sobre ciudadanos templados, moderados, defensores de la ley y respetuosos de las vidas ajenas?

ORWELL, 1793
Los sucesos del París revolucionario resultan así ser un espejo replicado hasta el infinito en el que los gorros frigios de escarapela tricolor se reflejan en los siglos posteriores con forma de sombreros de ala flexible, de gorros de piel con estrellas rojas de cinco puntas o gorras de plato con cruces gamadas. Y en ese espejo es en el que comprobamos que Orwell llegó demasiado tarde a nuestras vidas y a nuestros pensamientos. Ahí estaban, por ejemplo, en el año 1793 y sucesivos, los parisinos enragés practicando lo que llamaron la «fraternización», actividad que consistía, explica Ramírez, en «invadir cada asamblea a la que acudían personas amantes del orden» con la intención de imponerse sobre ellas y convertir ese asalto «en un disuasorio despliegue de la razón de la fuerza». De modo que el buen patriota viera triturada su esperanza de ordenar la vida pública, y se supiera vencido además de estigmatizado como intrigante o como terrorista. Y en peligro, por lo tanto, de ir a prisión y a la guillotina.

Allí está la creación del quintacolumnismo como coartada para el exterminio. Una idea puesta a punto por el pulcro Robespierre y secundada con apasionada saña por los radicales sedientos de sangre habituados a bramar de alegría ante los anuncios de condenas a muerte de «enemigos del pueblo»: «No es suficiente», advierte El Incorruptible, «que paremos el avance de los contrarrevolucionarios. Tomemos medidas [también] contra los cómplices de los rebeldes... Es preciso impedir que los enemigos de la libertad, sea cual sea el nombre que adopten, abogados, nobles, financieros o curas, puedan destruirla... Cuando la patria está amenazada, un hombre sospechoso es un monstruo». En el espejo de este primer naufragio de la democracia moderna se apiña todo lo que luego hemos visto y repetido: la propaganda como instrumento de manipulación, la grandilocuente llamada a los principios para enmascarar matanzas, la demonización del disidente, la implacable crueldad de quienes, entronizándose como poseedores de la verdad, se proclaman defensores de la patria, del pueblo y de la vida.

Y así es cómo ese espejo multiplicado nos enseña hasta qué punto, repitiendo equivocaciones y desmanes, yendo de fracaso en fracaso y tratando de reponerse después, la humanidad avanza. Penosamente, pero avanza.

Victoria Prego en Crónica

>EL PRIMER NAUFRAGIO
Pedro J. Ramírez
Editorial: La Esfera de los Libros.



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sábado, 1 de octubre de 2011

¿El fin de ETA?






Desde hace más de un año, recurrentemente aparecen noticias de un cercano fin de ETA. Tan es así, que muchos pensábamos que, como era la única baza electoral que podría usar Rodriguez Zapatero para salir re-elegido, había un pacto ETA-PSOE para anunciar el fin negociado de ETA. Con su renuncia a presentarse como candidato del PSOE, esta teoría se desmorono. Pero desde hace unos días, esta teoría empieza a tomar fuerza con los pasos que esta siguiendo ETA y el Lendakari López.

El fin de ETA es un objetivo tan deseado por los españoles que haría entrar en la Historia con mayúsculas al Presidente que lo lograse, y eso parece nublar la vista y el entendimiento a muchos políticos.


Sin embargo, parece que ninguno de ellos ha aprendido que:

1- El fin no justifica los medios: por mucho que el objetivo sea loable y beneficioso para la Sociedad, los asesinos tienen que saldar sus deudas con la Justicia, la Sociedad y con los 839 asesinados.

2- ETA nunca admitirá la derrota; es decir, nunca dejará las armas sin condiciones previas. Basta con repasar las hemerotecas de negociaciones previas con ETA; la mayoría de los Presidentes del Gobierno de la Nación sucumbieron a los cantos de ETA.

3- ETA, como la serpiente de su logo, muerde siempre a la mano cándida que se acerca para ser su amiga.

¿Por qué ETA no va a abandonar las armas sin condiciones previas?

La respuesta es a la vez sencilla y complicada.

En la resolución de problemas complejos existe la máxima que la solución sencilla suele ser la acertada; y ¿cuál es la respuesta sencilla?

ETA no puede dejar la armas sin previamente haber negociado de "tu a tu" con el Gobierno de la Nación porque supondría:

1- Admitir que el sacrificio de los presos de ETA ha sido en balde, hay que tener en cuenta que la banda ha exigido siempre a los presos no acogerse a beneficios penitenciarios.

2- Que los 40 años de "lucha armada" no han servido para justificar la consecución del objetivo principal, la independencia.

3- Admitir la superioridad moral del Estado de Derecho y la democracia.

4- Admitir que estaban equivocados.

En definitiva, admitir la derrota militar, moral y ética.

¿Por qué no podemos admitir como sociedad ninguna solución que no pase por la derrota sin condiciones previas del terrorismo?

Pues sencillamente porque supone:

1- Igualar la legitimidad de los terrorista a la de la democracia

2- Que las víctimas de los terroristas son iguales que los terroristas muertos

3- Que la muerte de 839 personas inocentes no merecen Ley y Justicia. Y esto es muy grave ya que, las víctimas no buscaron venganza y justicia privada, sino que delegaron su sed de justicia en el Estado de Derecho, con la esperanza que este persiguiera, apresase, juzgase y encerrase a los terroristas, demostrando así una superioridad personal, moral y democrática frente a sus verdugos.

4- Que le puedes echar un órdago al Estado de Derecho y salirte con la tuya. Asumir esto es destruir los cimientos del Imperio de la Ley que rige nuestro ordenamiento jurídico.

Así se daría la paradoja de que los asesinos se paseen por la calle libremente, reciban homenajes y sean aclamados como luchadores vascos (gudaris), mientras a Irene Villa nadie le devolverá sus piernas ni su juventud; a los hijos del matrimonio Jiménez-Becerril (Ascensión -9 años- Alberto -6 años- y Clara -5 años-) no les devolverán la posibilidad de jugar con sus padres, contarles que han hecho en el colegio, comentar sus amores y desamores, etc. Y así, 839 seres humanos que vieron sus vidas, esperanzas, sueños y vivencias truncados por la barbarie de los que, en nombre de la libertad del pueblo vasco, se erigieron en jueces y ejecutores, en dioses que dan o quitan la vida.




Fuente de la gráfica: wikipedia

Esta forma de entender el fin de ETA no significa que hay una cerrazón a la negociación, a la clemencia y al indulto de los terroristas; todo es negociable, pero partiendo de cuatro puntos irrenunciables:

- Entrega incondicional de las armas

- Entrega a las autoridades judiciales de todos los terroristas buscados por la Justicia

- Declaración de ETA asumiendo sus asesinatos y pidiendo perdón a las víctimas y a la Sociedad por el daño causado en estos 40 años de terror.

- Renuncia a cualquier objetivo político que no este dentro de lo establecido en la Constitución Española


A partir de ese momento, se podría empezar a negociar políticas de perdón, reinserción y legalización de los terroristas y su entorno político.

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